miércoles, 2 de septiembre de 2009

los primeros cientificos

PRIMEROS CIENTIFICOS



En el artículo sobre el origen de la ciencia occidental he argumentado que la ciencia se desarrollo en occidente en el s. XVII, pero que fue el resultado de un proceso que empezó por el s. XIII. En este desarrollo he considerado que la matriz básica teísta que proporcionaba el cristianismo dio una base de creencias que catalizaron los demás factores que dieron lugar a la ciencia. La dicotomía que se establece entre Dios y Ciencia, he incluso entre Ciencia y Fe, resulta claramente una falacia.

Para complementar la argumentación, proporciono estos textos de esos primeros científicos y que reflejan su cosmovisión de la realidad.


"La Geometría, eterna como Dios y surgida del espíritu divino, ha servido a Dios para formar el mundo, para que éste fuera el mejor y más hermoso, el más semejante a su Creador".

Johannes Kepler, "Harmonices Mundi".


"Algunos antiguos calificaron a la ciencia de los astros con el nombre de "perfección" y "sabiduría", porque ella es como la corona de todas las artes liberales y la más digna de un hombre libre. Todas las ciencias sirven a la astronomía: la aritmética, la geometría, la óptica, la geodesia, la mecánica: ella es como la clave de bóveda donde ellas encuentran su ensamble y su unión. Si hay una ciencia capaz de ennoblecer el alma del hombre y de hacerla remontar por encima de las miserias de la Tierra, es la astronomía...porque ¿ cómo se podría observar el orden magnífico con el que nuestro Dios gobierna el Universo, sin sentirse inclinado a una vida reglada, a practicar toda clase de virtudes, a considerar por encima de todo y en todo al Creador mismo, fuente de toda bondad? "

Nicolás Copérnico, prefacio al "De revolutionibus orbium celestium".

"Este admirable ordenamiento del Sol, los planetas y los cometas no puede ser sino la obra de un Ser todopoderoso e inteligente. Y si cada estrella fija es el centro de un sistema semejante al nuestro, es cierto que, llevando todo el sello de un mismo designio, todo debe estar sometido a un solo y mismo Ser...Este Ser infinito gobierna todo, no como alma del mundo, sino como el Señor de todas las cosas. Y a causa de este imperio, el Señor Dios es llamado "Señor Universal"...Dios es el Ser supremo, eterno, infinito, absolutamente perfecto."

Sir Isaac Newton, conclusión de los "Philosophia naturalis principia mathematica"-



admirables cosas los hombres han entendido, investigando y ejecutando, percibo con toda claridad que la mente humana es "SALVIATI: (...) desde luego la verdad cuyo conocimiento proporcionan las cosas matemáticas es la misma que conoce la divina sabiduría; pero otorgaré que el modo como Dios conoce las innumerables verdades unas pocas de las cuales son las alcanzadas por nosotros, es muy superior al modo nuestro (...) Tales pasos, para los cuales nuestra mente requiere tiempo, el intelecto divino los realiza en un instante, como la luz, o lo que es lo mismo, siempre están simultáneamente presentes en él. De ello infiero que nuestro entendimiento, tanto en lo que concierne al modo como al número de sus conocimientos, es muy inferior al divino. Pero no lo menosprecio hasta el punto de tenerlo por una pura nada. Por el contrario, cuando reflexiono y veo cuántas y cuánverdaderamente una obra de Dios, y sin duda una de las más sublimes."

Galileo Galilei, "Diálogo sobre los dos sistemas máximos".


"Pienso que la mayoría de las causas de las cosas que hay en el mundo podrían deducirse del amor de Dios hacia los hombres. Desde luego, a nadie habrá de ocurrírsele poner en duda que Dios, al disponer los lugares de habitación del Universo, pensó en sus futuros moradores. Ya que en efecto, el hombre es la finalidad del mundo y de toda criatura."

Johannes Kepler. Prefacio al lector de la obra "Mysterium Cosmographicum".


"Nuestro texto es el libro de la Naturaleza, tan alabado por la Sagrada Escritura. Pablo lo recomienda a los paganos, para que en él vean a Dios reflejado como el Sol en las aguas o en un espejo. ¿Y porqué nosotros, los cristianos, habríamos de gozar menos de tal lectura, ya que nuestra misión es la de adorar, honrar y admirar a Dios de justa manera? Al hacerlo, tanto mayor será nuestro recogimiento, cuanto mejor entendamos la creación y su majestad. En verdad, ¡cuántos cantos al Creador, al Dios verdadero, entonó David, su verdadero siervo! Él nos enseña a adorarlo contemplando al cielo con admiración: "Los cielos proclaman la majestad de Dios - dice David - , "Miraré tu cielo, la obra de tus manos, la Luna y las estrellas que tú hiciste. Grande es nuestro Señor, y grande su poderío; Él cuenta la multitud de las estrellas y las nombra a a todas por su nombre." En otro pasaje, David, henchido por el Santo Espíritu y por una santa alegría, invoca al Universo: "Load, cielos, al Señor, loadlo, Sol y Luna," etc. ¿Tienen los cielos voz, la tienen las estrellas? ¿Pueden loar a Dios como los hombres? Cierto: loan a Dios por cuanto inspiran a los hombres pensamientos en su alabanza. Por eso en nuestras páginas dejamos que el cielo y la Naturaleza hablen y eleven su voz; y nadie nos reproche que, haciendo esto, nos consagramos a una labor vana e inútil."

Johannes Kepler, Dedicatoria de la primera edición del "Mysterium Cosmographicum".


"No me detendré en observar que mi tema constituye un valioso testimonio del hecho de la creación, que ciertos filósofos han negado. Vemos, en efecto, que Dios ha intervenido en la formación del Universo siguiendo un orden y una regla, asemejándose a un arquitecto humano y disponiéndolo todo de tal modo que pudiera creerse que, lejos de haber el arte tomado por modelo a la Naturaleza, el propio Dios se ha inspirado para su creación en los modos de construir del futuro hombre."

Johannes Kepler, Dedicatoria de la primera edición del "Mysterium Cosmographicum".



"Son principalmente tres las cosas cuyas causas, el porqué son así y no de otro modo, investigué incansablemente, a saber, el número, la magnitud y el movimiento de las trayectorias planetarias. A tanto atrevimiento me decidió la hermosa armonía de las cosas inmóviles, o sea del Sol, de las estrellas fijas y del espacio intermedio, con la Trinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo."

Johannes Kepler. Prefacio al lector de la obra "Mysterium Cosmographicum".


"Y en lo que respecta al rechazo de ese medio, tenemos la autoridad de los más antiguos filósofos de Grecia y Fenicia, que hicieron de un vacuum, de los átomos y de la gravitación de éstos, los primeros principios de su filosofía, atribuyendo tácitamente la gravitación a alguna causa distinta de la materia densa. Estos últimos filósofos destierran de la filosofía la consideración de una causa tal, inventando hipótesis para explicar mecánicamente todas las cosas y deducir causas de efectos hasta que lleguemos a la Primera Causa misma, la cual, ciertamente, no es mecánica, y no sólo para descifrar el mecanismo del mundo, sino, principalmente, para resolver las siguientes y parecidas cuestiones:

-¿Qué hay en los lugares casi desprovistos de materia, y por qué causa el sol y los planetas gravitan los unos hacia los otros , sin que exista materia densa entre ellos?

-¿Porqué la naturaleza no hace nada en vano, y de dónde proviene aquel orden y belleza que vemos en el mundo?

-¿Para qué existen los cometas, y por qué causa se mueven los planetas, todos de la misma manera, en órbitas concéntricas, mientras que los cometas se mueven de diversas maneras en órbitas muy excéntricas, y qué evita que las estrellas fijas caigan las unas sobre las otras?

-¿Cómo han sido ideados con tanto arte los cuerpos de los animales, y para qué fin lo fueron sus diferentes partes?

-¿Fue ideado el ojo sin habilidad en óptica y el oído sin conocimiento de los sonidos?

-¿Cómo siguen los movimientos a la voluntad, y de dónde proviene el instinto en los animales?

-¿No es el sensorio de los animales aquel lugar donde está presente la sustancia sensitiva, y hacia el cual los nervios y el cerebro conducen las formas sensibles de las cosas, para que sean percibidas por su presencia inmediata?

Y habiendo resuelto correctamente estas cosas, ¿no se deduce de los fenómenos que existe un ser incorpóreo, viviente, inteligente, omnipresente, que en el espacio infinito, como si fuera en su sensorio, ve íntimamente las cosas mismas y las percibe enteramente y las comprende enteramente, por su presencia inmediata: de las cuales sólo las imágenes, conducidas a través de los órganos de los sentidos hasta nuestro sensorio, son allí vistas y observadas, por lo que en nosotros percibe y piensa? Y aunque cada verdadero paso realizado en esta filosofía no nos lleva de inmediato al conocimiento de la Causa Primera, sin embargo nos acerca a ella, y por ese motivo debe ser altamente estimada. "

Sir Isaac Newton. Cuestiones propuestas al final de la "Óptica".